martes, 21 de mayo de 2019

En el trabajo...


El fluorescente parpadea suavemente sobre mi escritorio, una luz fría que baña los papeles y la pantalla de la computadora en un resplandor impersonal. A través de la ventana, la ciudad sigue su ritmo incansable, pero aquí, en el cubículo abarrotado de documentos y cables, el tiempo parece estancarse, marcado únicamente por el constante tecleo y el murmullo distante de las conversaciones.