jueves, 18 de julio de 2019

Teoría de la angustia...

...experimento de la misma... (o llámalo como quieras) 



Un buen día te levantas, tomas un huevo de la heladera y lo colocas dentro de una media... una media larga de esas de futbol. Llamaremos a este huevo "A"(ngustia).
Anudas la media a tu cuello, justo, justo para que "A" quede colgando a la altura de tu pecho, te vestís y salís al mundo.
Al principio tratas de ir acostumbrándote, miras a la cara de la gente que viene y que va, buscando, y convenciéndote de que más de uno también tiene una media colgando con otra "A" dentro... no debes ser al único que le pasa...o si...en fin. Igual, la ropa encima jamás te podrá hacerlas apreciar (cada cual con su propia media... ¿no?)
Tu día comienza a transcurrir, casi... casi con normalidad... la gente ni imagina que llevas esa "A" a la altura del pecho y vos empiezas a hacerte la idea de que te acompaña a donde quiera que tu estés, más no quieres darle demasiada valía, tratas vanamente de restarle importancia... aunque sabes bien que "A" está allí.
Pensas en contárselo a alguien ¿y para qué?, sabes de antemano su respuesta, ¿acaso no sería la misma que darías vos en una situación similar?... Sácate esa media del cuello, tira ese huevo a la mierd... y continúa con tu vida... ¿no?
De ultima, a medida que van pasando los días, ya hasta vergüenza comienza a darte saber que llevas "A" encima... ¿y si se lo cuento a alguien?, ¿pensarán que estoy totalmente chiflado?, al fin y al cabo, es solo un huevo... un inocente huevo colgado de una media anudada a mi cuello, ¿por qué tendría que molestarles?, ¿por qué se molestarían siquiera en escucharme?... Así que "A" sigue allí.
No pesa, no duele, se podría decir incluso que hasta "no molesta"... pero el bamboleo constante, el ir y venir por debajo de tu ropa te crea aquella conciencia, "A" está presente.
Las horas pasan y comienzan a transformarse en tiempo... días, semanas, meses... estás tan acostumbrado a que "A" esté con vos, que no te diste cuenta de que el ir y venir constante, el bamboleo, el roce permanente sobre tu piel, a comenzado a dejar su rastro, un enrojecimiento...un escozor, esta vez "A" dejó de ser solo un huevo dentro de una media... y comienza a generarte una molestia física... 
Un dermatólogo te dice que te saques esa media... pues mientras siga allí el escozor solo puede empeorar... pero a estas alturas estás tan acostumbrado a llevarla contigo, que hasta ridículamente crees y te convences de que aún no estás listo para abandonarla.
Estás tan acostumbrado a portarla que asumís que "A" es parte de vos mismo, de tu propia esencia, sin darte cuenta que "A" empezó a ser una molestia que deberías tratar.
Por las noches no podes relajarte, te cuesta conciliar el sueño pensando que quizá al darte vuelta podés aplastarlo, romperlo... "A" comienza inexorablemente a ser parte fundamental de tu vida y te jode, pero no podes tan solo desanudarlo y seguir con tu propia vida... 
La gente que te conoce y te aprecia a comenzado a darse cuenta de que algo te traes entre manos, comienzan a indagarte, te ven distinto, dejaste de lado aquél humor (bueno o malo) que te caracteriza, tu vida pasó a ser una absoluta dependencia de "A" que llevas a todos lados sin que nadie se dé cuenta siquiera.
Comenzás a recluirte, a dejar de ir a aquellos lugares donde puede haber gente, alguien podría descubrir que llevas "A" colgada al cuello, y lo que es peor...alguien podría romperlo.
Empezás a tomar conciencia de que "A" es un problema que deberías tratar... a comenzado a ser algo tan importante para vos que a estas alturas ya no sabes si quieres abandonarlo.
Algunos pocos ya se dieron cuenta de todo, te aconsejan, te piden, te instan a que te desanudes esa media del cuello... juras, prometes que harás algo al respecto, pero en el fondo no estás demasiado seguro de querer darle una solución efectiva. Algunos pensarán hasta que sos feliz con esa "A" al cuello... solo vos entendés que no es así, igual modo no haces nada para remediarlo.
Un día...casi sin darte cuenta, "A" se rompe, y como todo huevo que ha pasado meses (incluso más tiempo) fuera de la heladera está podrido
El olor invade tu entorno y ya no hay forma de ocultar que traes "A" entre tus propias ropas. La gente te escapa, el aroma es tan fuerte, que solo quedan rodeándote aquellos que verdaderamente te quieren lo suficiente como para bancarte el olor a podrido... y te siguen aconsejando bien, porque te quieren, porque sos parte importante de sus vidas también, vos seguís prometiendo que vas a hacer algo al respecto.
"A" está roto, huele feo, incluso mancha tu propia ropa y los demás que te ven se dan cuenta de ello. Perdiste muchas cosas, mucha gente desde que tenés "A" colgada al cuello, más no estás seguro ya siquiera de poder hacer algo al respecto (cuando en el fondo también sabes que la solución es mucho más fácil... tan solo si te desanudaras la media que traes colgada).
Gente que ha tenido colgado huevo, naranjas, pomelos... incluso una sandía...(si, si...una sandía, y vos pensás ¿cómo hizo?...no te entra en la cabeza pero es así... lo tuyo es solo un huevo... algunos llevaron colgados pesos muchísimos más grandes que el tuyo), cuando hablas con ellos, gente que ha realizado el mismo "experimento" (que ha pasado por lo mismo o similar), te dicen que solo volvieron a ser felices una vez que se desanudaron la media que traían encima, y que hoy día viven distinto solo teniendo un mal o buen recuerdo de ello... algo que parece tan simple y que a vos te cuenta tanto.
Mientras tanto, la media sigue allí, tratas de restarle importancia, crees y te convences de que lo más grave "ya pasó"... pero aún está la media rota y que por más que laves y recontra laves continúa despidiendo un mal olor.
Te convences de que un día te levantarás, tomarás un par de tijeras, cortarás aquella media que te agobia aún  y tirarás a la basura... te bañarás, te sacarás el olor a podrido de encima, te cambiarás de ropa y saldrás a la vida mirando diferente, teniendo tan solo el recuerdo de que alguna vez tuviste "esa" media colgada, quizá algún día sean otras las medias que te atarás al cuello, al menos ya sabrás como lidiar con ellas, y con tu propia experiencia hacer algo al respecto... quizá hasta jamás nunca vuelvas a tener otra media anudada... no podes saberlo...
Mientras tanto, te levantas una mañana, te preparas unos mates, te sentás frente a una pc...

... y comienzas a escribir en un blog.