A veces me detengo a observarlo, sentado en su silla, con la mirada perdida en un mundo que parece desvanecerse ante sus ojos. El viejo, que ha sido mi amigo, guía y porque no mi refugio en este tiempo, se ha convertido en un eco suave de lo que solía ser. Su risa, una melodía familiar, ahora suena más baja, como si temiera perturbar el silencio que lo rodea.
sábado, 21 de septiembre de 2024
viernes, 13 de septiembre de 2024
Me contaron que es real...
En mi pueblo, allá lejos y hace tiempo, había algo que me tenía más asustado que gordo en silla de plástico. Y es que, desde mi ventana, cada noche, veía a Don Paco Alonso salir de su casa a escondidas en la noche. ¡Casi, casi como un ladrón! Y yo, con mis diez años y mi imaginación desbordante, estaba convencido de que Don Alonso era el lobizón. ¡El mismísimo lobizón de los cuentos de mis abuelos!
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