Hay mil cosas que pasan por la cabeza de un hombre, muchas de las cuales ni siquiera se imagina compartir. Cada uno carga con un peso invisible, una serie de pensamientos y emociones que, por diversas razones, elige guardar dentro. No es que no quiera expresarlos, ni que no sepa cómo hacerlo, es que la sociedad, las expectativas y los prejuicios lo llevan a creer que, si lo hace, será visto como débil, vulnerable o incluso ridículo. Y entonces, por miedo a ser denostado, se guarda todo para sí mismo, sufriendo en silencio.