Si la muerte se sentara junto a ti, y te dijera:
-Termina de comer, es hora de irnos…
¿Qué le responderías?
La miraría a los ojos, le correría una silla invitándola y le diría:
Sentate, destapate un vino. Acompañame en esta velada, degusta estos alimentos a mi lado. Contame de vos mientras te escucho con atención individua, mi enfoque total está en vos, en este corte de carne, y en este vino.
Le miraría sin miedo, pero con la serenidad que solo da el paso del tiempo, y le invitaría a quedarse, a acompañarme. No quiero que apresure ese momento.