sábado, 9 de julio de 2011

La Tapera

...el almacén de la Eva tenía un mostrador largo desde la misma entrada y seguía en ele, en donde el viejo Motura se valía del vino en damajuana para tender esa parte como un bolicho[a].

Ahí estaban unos cinco o seis menchos[b] de la zona, todos conchabados[c] para trabajar en los campos vecinos, disfrutando de sus vinitos (nótese que siempre se trata de colocar (al menos en esta zona es más común de escuchar) un diminutivo a todo aquello que nos causa cierta culpa...me voy a tomar un vinito...sírvame otra grapita....una ginebrita...entre otras) en eso que estábamos entrando a comprar el pan lo escuchamos al Viro Valli decirles a los otros:

-... como en la tapera[d] del viejo Pancho...

Y continuaron hablando de sus cosas como si nosotros no estuviéramos ahí...

Al llegar a la casa no estaba nuestro abuelo (Don Pancho) y el único referente masculino y de confianza que teníamos para ir a preguntarle algo era el tío Toqui...

...mi tío mide uno sesenta y cinco y estoy totalmente convencido que no se crió de “dañino que es nomas”...así que en cuanto le vinimos a preguntar por la mencionada tapera, nos salió con dos o tres historias diferentes unas de las otras pero todas ellas referidas a apariciones fantasmagóricas (como mínimo), muertos, leyendas clásicas y de las otras, todas y cada una de ellas apuntadas a incentivar nuestro miedo...

...y lo logró...

Como a eso de las seis y media de la tarde el abuelo nos llamó a los tres y nos dijo:

-ensillen y manteen[e] los caballos que salimos en una hora

Allá nos fuimos, el viejo, mis dos primos y yo. Apenas llegamos ahicito nomás, pegao a la tapera, lo primero...a buscar leña, agua y hacer algún bendito[f] con los cojinillos[g].

Cuando se lo vido[h] al lucero[i], después de andar gatiando[j] las pisadas de unos capinchos pal lao el estero grande, nos juimos arrimando pal juego que había preparao el viejo en donde tenía bramando a las brazas un par de crestones[k] a la estaca.

Endispués de comer el viejo se manduco con una sarta de cuentos de muertos, aparecidos y otras yerbas, que nos mantuvieron en vilo hasta que cansao se acostó y se durmió.

...Dos de ocho y uno de nueve años...a la intemperie, cagaos como palo e gallinero por la contada... ¿hará falta decir que esa noche no dormimos?

Al otro día nos juimos pal pueblo y anduvimos los tres uno más opa que el otro.

A la noche el viejo nos hizo repetir la juntada...caballos, mantas, campo abierto y esa noche llevamos la yuxtapuesta[l] y le metimos una cimbra[m] al capincho.

Se podría decir que esa misma noche redobló la apuesta el viejo, y si la noche anterior nos contaba un cuento de que al tipo lo mataron, en esta no solo que lo mataron sino que lo habían descuartizado y comido sus ojos al rescoldo...en fin...

Al finalizar sus contadas nos dijo que nosotros no lo dejábamos dormir de noche, juntó sus requechos y se jué a dormir allá donde la luz del fuego ya no le daba...

Ansina que nos propusimos dormir haciendo guardias y mientras dos dormían uno se quedaba despierto...la primer guardia duró...lo que un pedo en una jaula. Apenas dormidos los demás, fue un suspiro largo y un bostezo y... chau tu guardia.

Cómo habrá sido el apoliyo que cuando nos despertamos lo vimos al viejo carneando el capincho que había caído en la cimbra, ¿nosotros? Bien gracias...ni nos dimos por enterados del disparo...

La tercer noche casi, casi pasó sin sobresaltos...llevamos unas faldas y unas maruchas así que la noche fue tranquilona después de la charqueada.

Apenas levantaos a la mañana el viejo nos abarajó con unos amargos y nos pregunta:

-¿hablamos ahora de la tapera?

...y ansina nos enteramos de la verdadera historia...

Resulta que allá en el tiempo en donde el pueblo eran solo cuatro casas y el almacén de don López, vivían allí una pareja de puesteros[n] que hablabanse entre ellos en una mezcla rara de guaraní, español y portugués, ansina que tuito el mundo asumía que eran de los pagos Norteños Correntinos. Digo asumían pues el hombre era medio reacio pa la charleta y a ella no se la veía casi nunca por el pueblo, una vez cada mes se acercaban con algunos cueros y algunas plumas que le cambiaban al turquito Naíf que se venía en el tren obrero de las 12 y se iba en el de las 4 con cueros, plumas y alguna que otra bestia viva, las cuales hábilmente trocaba por telas, lanas y cuanta cosa mercachifle pudieran acarrear sus verijones de madera...

Llegó un día al pueblo otro paisano bien montao en un pinto chapeado en busca del matrimonio y la gente, siempre dispuesta a la ayuda desinteresada, le indicó la mejor forma de ayearse hasta allí...

Después el tiempo pasó...nadie recuerda si fueron días, meses tal vez, lo cierto es que algunos dicen que fue el turquito que preguntó, alguno que los extraño en el pueblo, o simplemente algún metiche andaba bolaceando por ahicito y se acercó hasta la ranchada y lo que se encontraron fue con el dantesco cuadro de los hombres muertos (evidentemente) uno a manos del otro y la mujer se habría suicidado colgándose de un árbol...

Después la policía de la época hizo las averiguaciones pertinentes y resultó ser que el matador era un marido despechado al que el otro le había “robado” el querer de la mujer.

Hasta ahí algo normal si se quiere el hecho policial en sí, luego con el devenir de los años se fueron acrecentando las mil y una historias referentes a este sitio en particular que jamás fue habitado por persona alguna...que los aparecidos, los gritos desgarradores de la noche, los caballos que no se animan a pasar cercano a la tapera y mil y una cosas más.

Lo cierto es que después de contarnos todo esto el viejo nos pregunta:

-Ustedes... ¿vieron algo?

-NO

-¿Les pasó algo?

-NO

-¿murió alguno?

-NO

-bueno...esos son los fantasmas... los miedos que uno tiene de ver, oír o probar algo de lo cual no se conoce. Además, existe la creencia de que un alma que anda vagando por la tierra se le presentará a las personas que puedan ayudarla a descansar en paz, pero por sobre todo a quienes estén preparados para enfrentarse a semejante aparición...y ustedes son muy cagones para aguantarse ese chirlo.

Y con eso nos mató...

-¿Ustedes quieren realmente saber de que habla la gente en el pueblo cuando habla de la tapera?... yo les muestro, pero me deben prometer que no le dirán a nadie...ni siquiera a la abuela de esto... ¿sí?

Al recibir la afirmativa respuesta por parte de los tres el viejo nos llevó monte adentro, justo donde se hacía un claro y donde dormían los chivos y las ovejas de noche.

Apiladas en un rincón había un montón de cañas cicutas y tacuaras cortadas al sesgo en una de sus puntas y debajo del nudo en la otra, así, una vez colgadas por el viejo en los distintos arboles del monte, las mismas actuaban como si fueran un gran conjunto de sikus[o] o antaras.

Desde donde soplara aunque más no fuera una minúscula brisa de viento siempre se conseguía ese efecto sonoro en la tapera así la gente no se animaba a ir hasta la misma y el viejo dejaba dormir sus rebaños caprinos y lanares en ella, así mismo era el viejo (en apariciones fantasmagóricas un no creyente confeso) el encargado de alimentar esa creencia popular que circulaba en el pueblo.

Años más tarde, ya mozo, nos dirigíamos allí a transcurrir nuestras tardes y despuntábamos nuestros primeros vicios tabacales...

Hoy día con el advenimiento de esta locura de desmonte para ganar más terrenos para el cultivo, de la tapera solo queda el brocal a medio derrumbar de lo que alguna vez fue un pozo de agua que alimentara vida...

...la gente sigue escuchando voces y cosas en lo que queda de la tapera...

...lo raro es que al morir el viejo con mis primos bajamos todas y cada una de las cañas que estaban colgadas... el desmonte hizo el resto...


[a] ..lugar de expendio generalmente de bebidas alcohólicas.

[b] peón de estancia

[c] Contratado temporario

[d] Generalmente una casa abandonada en el campo, en donde la maleza y el olvido han ido ganando el lugar.

[e] Colocar una manta (cobija) enrollada atada con tientos a la montura para pernoctar a la noche en otro lugar.

[f] Especie de techo hecho con lo que se tiene más a mano

[g] Cuero de cordero curado al sol que se coloca encima de la montura

[h] vio

[i] Primera estrella que se divisa en el firmamento apenas puesto el sol

[j] Siguiendo el rastro de algún animal persona o vehículo.

[k] Patos silvestres

[l] Escopeta de dos caños

[m] Trampa realizada con una escopeta montada

[n] Gente que vive en un “puesto” en el campo, peón contratado fijo.

[o] Instrumento musical confeccionado con cañas con tubos de longitud decreciente, cerrados en su base. Típico del noroeste Argentino.

dirección real de la tapera: 31°21'55.91"S 60°40'38.82"O