-Pero podés creer este pelot...???? -escuchaba- ¿Cómo se va a cruzar de esa forma? (Siendo que mi interlocutor venía utilizando el celular para hablar conmigo, mientras conducía su coche).
Y es casi siempre así... somos nosotros los que estamos en lo correcto, los otros... NO.
Millones pagan las aseguradoras anualmente por las culpas que “otros” tuvieron... ¿me equivoco?
Conozco retrógrados personajes criticando inapropiadas formas de vestir (incluso la de sus propias hijas), y estando pendiente por la noche de cierto sexista programa de TV. ¿Incongruencia, doble moral o mera hipocresía?
Estamos muchísimos más dispuestos a encontrar el detalle en nuestra contraparte que en nosotros mismos, el problema es siempre del que no está, del que pasó, del OTRO... y nosotros tenemos que hacer malabares para tratar de solucionar lo que OTRO hizo mal (sí, sí, mi querido lector... estoy abusando a propósito del término).
El concepto de otro se entiende a partir de
la posición que ocupa una persona o un objeto dentro de una cierta expresión.
Lo otro es lo que resulta diferente.
Y lamentablemente, lo diferente es malo, feo...raro, para algunos/as. (Entiendo
que afortunadamente los paradigmas de tiempos pasados quedaron exactamente en
eso...en tiempos pasados. El chiste deja de ser gracioso en algún punto y
comenzamos a pensar distinto).
¿Cuántas de nuestras parejas (debo incluirme por supuesto) consideran que somos mucho mejores de lo que somos en realidad en nuestros trabajos?. Obviamente, solamente conocen una sola versión LA NUESTRA, la que dice que somos los que siempre hacemos las cosas bien. Corríjanme si me equivoco...
El lobo feroz siempre será el villano del cuento, mientras éste siga siendo contado por la niña Marianela en su caperuza roja.
La culpa casi nunca es nuestra, es del otro. Y ese otro ni siquiera tiene que ser una persona física. Cuando nos referimos al otro, tranquilamente podemos estar hablando de nuestro entorno...pero ahí ya me estoy metiendo en un terreno que no viene al tema...
En fin...
Te preguntarás, ¿y qué fue todo esto?...
No sé... ¿mera catarsis? ... quizá solo estoy cansado de ser el “otro” de otras personas...