De todas aquellas certidumbres con las que creemos contar en esta efímera vida, ninguna es tan cierta, tan tangible y tan real, que la de nuestra propia finitud.
Y es que la
muerte (aquel inexorable destino que nos espera a todos los seres vivos), es lo
único que podemos saber con certeza que va a transcurrirnos en algún momento…de
aquí en adelante.
Algunos nos
iremos antes, otros después, no lo sabremos jamás. Tan solo llegara ese día, y será
el segundo de nuestras existencias, en que no podremos pasar 24hs en este mundo
(el primero fue el mismo día en que nacimos).
Yo he aprendido
con el pasar de los años, ni a temerle, ni a quererla… simplemente aceptarla,
respetarla y aceptarla (no me molestaría EN
LO ABSOLUTO, se tome algunas decenas de años más para venir a por mí).
Lloraran (estimo)
aquellos, nuestros afectos más cercanos. Nos honraran quienes nos respetaron en
vida, y nos recordaran los otros por los cuales pasamos en algún momento, y de los cuales fuimos
partes de sus propias existencias.
Con el pasar del
tiempo nuestras imágenes, rostros, voces… solo permanecerán dentro de las
mentes y los corazones de quienes nos quisieron bien…
Solo perdurara lo
que alguna vez hicimos, el legado que estamos dejando tras de nosotros, en
estos precisos instantes.
Para bien o para
mal nuestro recuerdo se irá esfumando de a poco… lentamente… como humo que sube
y se va perdiendo en el aire…
Cada uno de los
que queden, tendrán el derecho de opinar según sus propias percepciones de la
mejor o peor manera de nosotros… según lo crea conveniente.
En mi caso en
particular, estoy convencido que me sentiría en vida más pleno, si tan solo
tuviese la certeza de que seré recordado de la forma en que me presento casi
siempre a la vida…
, con una sonrisa.
Como ya supe escribir
tiempo atrás:
"...dicen que de la
genialidad a la locura solo existe una finísima línea y muy frágil por cierto...
del romanticismo a la estupidez también, y yo no sé si soy un genio, un loco,
un romántico, un estúpido... o un poco de todo eso..."
pero sinceramente Gracias por permitirme ser parte de sus
propias historias...