El que me conoce sabe que soy prácticamente virgen de futbol.
Por ejemplo, mientras el Domingo LA GRAN MAYORÍA DEL PAÍS optaba por clavarse dos horas frente a un televisor, yo era uno de los pocos locos que deseaban andar caminando por ahí, disfrutando eso... LA SOLEDAD de una calle irreconocible, pero preferí dormir una buena siesta, ya que la sobremesa del almuerzo se había extendido en demasía, y no tuve cuorum de mi familia para salir.