Supo decirme mi abuelo un día:
- M’ijo... tiene usted una virtud y un defecto, y es el mismo. HABLA MUCHO. Y es una virtud, porque es entrador, simpático, debe ser muy poca la gente que lo conozca y no tenga algún buen pensamiento de usted... va a un médico y no necesita que le haga un análisis para saber lo que tiene, porque tiene tanta elocuencia, que el mismo medico ya sabe que es lo que tiene...
Pero también es un defecto... porque TERMINA CANSANDO.
No puede ser que de todo sepa o conozca un poco, y a mi no me queda ninguna duda de que así sea...es un pibe inteligente y en ganas de aprender UNA ESPONJA... pero entienda usted de que a la gente no le gustan los sabiondos, por naturaleza.
Así es que, con tan solo 12 años, me di cuenta de una triste realidad que me iba a acompañar DE POR VIDA...tal cual, y como me lo supo decir alguna vez una nieta de Doña Lita Peressin...
Soy como el dulce de leche... al principio gusto... pero después repugno.
Y entre todas aquellas cosas de las cuales me e ido dando cuenta con el tiempo, que pueden resultarme extrañas (según desde que vara se lo mida), era la de tener una buena memoria para un montón de cosas... y que, a los postres, también entraba en la dicotomía de virtud/defecto.
Trabajaba allá en mi adolescencia en un desaparecido patio cervecero sobre el boulevard, en donde un fin de semana, y solamente por un fin de semana, se presento a trabajar una persona con la cual entablamos por ese par de noches una excelente y simpática relación laboral, y a la cual sigo cruzando hoy día en la calle, y no solo recordando su nombre y apellido, sino de hasta de que carajos nos estuvimos riendo en ese tiempo... obviamente, esta persona NO TIENE LA MAS REMOTA IDEA de quien carajos es quien pasa y lo saluda.
Oh uno de los casos que más me impactó al respecto, un “amigo” de la infancia, un niño con el que nos criamos en el mismo pueblo, hoy día un alto funcionario de la Policía de nuestra provincia, y alguna vez que me presentó alguien en su despacho, levantó la vista con cara de:
- ¿¿¿¿QUIÉN CARAJOS ES ESTE TIPO?????
Aun anteponiendo mi nombre y apellido...
No fue hasta que le recordé que era “familiar de” ... que asumió quien tenía en frente, y nuestras épocas pasadas.
En fin... se ve que solamente yo guardo buenos y gratos recuerdos en mi memoria, y que para muchísima gente pase al lado y sigo pasando como un completo desconocido (Y OJO...NO ESTA MAL ESO TAMPOCO).
Continúo guardando en mi mente, un montonazo de buenos y no tan buenos momentos vividos, atesorando imágenes mentales, recuerdos y vivencia que solamente me interesan a mi en apariencia.
Debería seguir el consejo de mi queridísima DbF de dejar de lado el gusto por regodearme en la nostalgia... (debería seguir alguno de los consejos que ella me suele dar...por cierto.)
Lo cierto es que aquello que en algún momento me resultara hasta simpático si se quiere... en algún momento fue una pesada carga que tuve que intentar dominar (y entiéndase la profundidad del mensaje...intentar).
Quizá, uno de mis mayores miedos es ese mismo, perder en algún momento esa virtuosidad de poder recordar personas, nombres y rostros... o comenzar con pequeños e insignificantes olvidos que deriven en algo mucho peor (entendiendo que tal vez, genéticamente, dos de mis historias familiares me condenan a ello) ...
No me gustaría que se borren de mi memoria algunos excelentísimos buenos momentos vividos, ni personas que estuvieron conmigo en aquellos no tan buenos...no me gustaría olvidarlos... en lo absoluto...
Alguna sucesión de contrariedades, un hecho doloroso o un abatimiento pueden originar ese repliegue conmiserativo en uno mismo, y no pretendo ni quiero olvidarme de cómo estaba antes... y todo lo que transite para llegar aquí, hoy día, como me siento, me encuentro y me veo...
...y no me olvido, ni me quiero olvidar de ello.
Solo que un mal fin de semana...nadie está exento de tener...
(sólo para entendidos)