jueves, 30 de junio de 2022

¿Qué pasó en Basavilbaso?

 

-Desde muy chicos se nos había sugerido no decir ni consultar nada referente a Entre Ríos, más precisamente a BASAVILBASO, y de lo que ahí podría haber sucedido con el viejo “mulita” Tapia, un peón de la estancia LOS CARRIZOS donde yo vivía, pero imagínense que a más de sesenta años de aquella desafortunada tarde en que se me ocurrió indagar sobre aquello, todavía lo recuerdo como si fuera ayer – dicen que comenzó el relato el ya finado Dionisio Motera.  

Siguiendo el viejo camino de los bueyes, entre lo que sería hoy día las ciudades de Nogoya y Concepción del Uruguay, existía un puesto de vigilancia, justo en la cima de la cuchilla grande, al lado del arroyo CALA, allá por la época del SUPREMO entrerriano Don Pancho Ramírez, y donde se emplaza actualmente la ciudad, estaba lo que era conocido como:

el pueblito de los Antivero. 

 

Entre ambos puntos de referencia, se encontraba la primera pulpería de la zona (LA PALMERA), propiedad de un inmigrante italiano (Don Giuseppe Bellingeri) que supo ser luego proveedor de leña para las pujantes locomotoras a vapor que empezarían a circular años más tarde. 

 

Pues, en esa época, el nombrado “mulita” Tapia, no debe de haber sido más que un gurí de unos doce o catorce años, transcurriendo sus días entre arreos de majadas de ovejas merino, desde la zona de su Necochea natal, en la provincia de Buenos Aires, hasta Gral. Acha (La Pampa) para un terrateniente que tenía allí sus estancias. 

 

Por lo que pudo reconstruirse haciendo un pormenorizado sondeo en el relato hablado de aquellos trágicos años, (NDE: estamos hablando de la época del 1860/1880..., y el mencionado “mulita” nombrara lo acontecido, recién en su lecho de muerte, cerca del 1947, y donde quienes se lo relatan a mi padre lo hacen allá por la década del 60 y este me lo confiere antes de su propio fallecimiento en los 90s, y ahora Ud. lo está leyendo, digamos que fue pasando de boca en boca (como quien dice), así que gran parte del relato se fue perdiendo en el tiempo...pero fue quedando lo esencial, lo que le da vida a este relato en si), en esa época, en un viaje de arreo como el nombrado, que demoraba unos 15/20 días de ida y unos 8 de regreso a paso vivo de bagual, “mulita” (quienes más o quienes menos creen era José su verdadero nombre), conoce en un alto de la huella a otro jovencito arriero Eugenio “TAITA” Sondeo... (un gurisito oriental de los pagos de Isla Almería en el hermano país) quien lo invita a acompañarlo en un viaje sin retorno hacia la zona de la pulpería nombrada en los inicios de este relato. 

 

¿Quién sabe cuántos pormenores fueron sondeando este par de nuevos amigos hasta que por fin pudieron llegar a la nombrada? 

Pero aún más, ¿Quién pudiera saber? mi estimado lector, que tragedia mayúscula los había alcanzado en la zona de BASAVILBASO, que aun sesenta años después de lo acontecido rememoró en el relato de don José “mulita” Tapia en su lecho de muerte...  

 

...y vino a contárselo justamente a LA UNICA persona que se encontraba a su lado, Adok Kowalcyzk, un polaquito recién desembarcado que no sabía decir ni “hola” en español. 

 

Por lo tanto (y como ya habrá adivinando Ud., mi amigo lector), ni el polaco, ni el finado Motera, ni quienes lo escucharon esa noche, ni quienes le contaron a mi viejo, ni yo, y ahora Ud. mismo... 

...sabremos JAMAS que carajos paso en BASAVILBASO

 

 

PD: … juro que lo sabía desde antes mismo de comenzar a escribir este relato... me esta Ud. puteando en este preciso instante... 

COSAS QUE PASAN diría Larralde....