viernes, 19 de abril de 2024

La Higuera de Santa Rosa.

 

En las fértiles tierras de este lugar del litoral argentino, perdido entre la inmensidad de la naturaleza, emerge el encantador pueblo de Santa Rosa de Calchines. Fundado en los albores del siglo XVII, en los tiempos tumultuosos de la colonización española, este remanso de paz ha sido testigo silencioso del devenir de la historia y las tradiciones ancestrales que lo han moldeado a lo largo de los siglos.

Descubriendo el poder interior...

 

Tengo una hermana mayor (y también un par de amigos) que son de esas personas que te ayudan a entender algunas cuestiones, o mejor dicho te muestran otro enfoque respecto a pensamientos o formas que uno tiene pre concebidas (aun no estoy seguro de estar expresando la idea en forma correcta), y es sumamente gratificante hablar con ellos.

jueves, 11 de abril de 2024

Sabiduría de Abuelas...

 

Hoy puse en mis estados de WhatsApp: SE NECESITAN ABUELAS DE CAMPO, DE LAS DE ANTES, que les enseñen a estos citadinos a que días como hoy, HAY QUE ABRIR PUERTAS Y VENTANAS para ventilar bien la casa, y así reducir el riesgo de enfermedades respiratorias y alergias. A razón de ello he recibido los más diversos comentarios, y es por ello que hemos llegado a la conclusión de que las abuelas son simplemente lo mejor de este mundo.

miércoles, 10 de abril de 2024

La Abuela ANA, y su 3CV...

 

Ayer, mientras navegaba por los estados de whatsapp, me topé con un video encantador que capturó un momento inolvidable: la abuela Ana llevando a sus nietos a disfrutar de una tarde de playa otoñal en el pintoresco paraje del Chaquito. Lo que hizo que este momento fuera aún más especial fue el hecho de que, en complicidad, también les estaba enseñando a manejar su viejo auto. La escena era una mezcla perfecta de ternura y aventura, y no pude evitar sentirme emocionado al ver cómo compartían momentos únicos entre esos seres queridos. 

lunes, 8 de abril de 2024

El Eterno Oficio Materno

 

En el bullicio cotidiano de la cafetería ubicada en mi lugar de trabajo, un singular espectáculo capturó mi atención y encendió la chispa de la reflexión. Era una escena que parecía sacada de una pintura costumbrista: una madre, con el fulgor de la ternura en sus ojos, se aproximaba a su hijo, ya en la cúspide de la adultez, pero con la mirada aún impregnada de la ingenuidad de la infancia.