domingo, 7 de julio de 2024

Mientras tanto...

 

Se enfrenta a la realidad de ver a una de sus hijas (aquella en quien había depositado tantas esperanzas y amor) reducida a un mero porcentaje en su recibo de sueldo.

Recuerda claramente cómo su hija más joven, la más privilegiada en experimentar y disfrutar cosas que sus hermanas mayores nunca pudieron, debido a una situación económica menos estable, después de la separación de su madre, optó inicialmente por quedarse con él. Sin embargo, un día, una discusión trivial la llevó a tomar la decisión de irse a vivir nuevamente con ella, pese a que a veces era difícil persuadirla para que fuera a visitarla siquiera.

Ella en algún momento le pidió que no contratara a un abogado, para evitar entablar un conflicto con su madre, y él, aunque lo encontró difícil de aceptar, decidió respetar su petición. A pesar de la confusión y el dolor que le causaba la situación, estaba dispuesto a poner de lado sus propios intereses para mantener la paz y evitar que su hija se vea atrapada en medio de una disputa legal.

Pero, lo que sigue es un giro inesperado y doloroso. A pesar de haber prometido que no se involucraría en la disputa entre sus padres, ella no cumplió su palabra. Se ve así envuelto en un complicado conflicto legal, donde las palabras de su hija, redactadas en presencia de abogados, se convierten en un desgarrador reflejo de desacuerdos y falsedades.

En la mediación que sigue, él anhela mirar a los ojos de su hija, buscando respuestas y esperando que todo sea un malentendido. Sin embargo, antes de que pueda decir una palabra, la mirada de su hija le revela la dolorosa verdad: ella ha sido la autora de aquellas palabras falaces y desgarradoras.

Se siente traicionado por la realidad que enfrenta. La niña a la que ha amado y cuidado con todo su corazón se ha convertido, por las circunstancias y decisiones tomadas, en una figura distante y ajena, en un mero porcentaje en su recibo de sueldo. Con el corazón roto, comprende que no le queda más opción que ceder el control a su abogado para resolver la situación legal, aunque esto signifique alejar aún más a su hija de su vida cotidiana.

Hoy, mientras revisa su recibo de sueldo y ve aquel porcentaje destinado a cubrir los gastos de manutención, lamenta profundamente cómo las decisiones y acciones han transformado la relación con su hija en una transacción financiera. Aunque la ama incondicionalmente, el dolor de esa distancia emocional y el peso de la traición percibida permanecen como una cicatriz en su corazón.

Reflexiona sobre cómo las traiciones pesan en el alma como piedras en el corazón. Cada palabra escrita en aquellos documentos legales parece ahora una herida abierta en la relación con su hija. Se pregunta si alguna vez podrá sanar completamente esa herida o si, como tantas otras cosas en la vida, quedará como una cicatriz que siempre recordará. A pesar del dolor y la distancia, guarda la esperanza de que el tiempo y el perdón puedan algún día restaurar lo que una vez fue una conexión profunda y amorosa con su hija, más allá de las adversidades y decisiones que han marcado su camino juntos...

Así que se sienta... y comienza a escribir mientras tanto...