jueves, 6 de noviembre de 2025

El porqué de algunas discusiones...

¿Qué porque me siento mucho más cómodo escribiendo que hablándole a la gente? No sé, quizá sea el hecho de que, al escribir, me permite luego volver a leer e ir retocando aquellas palabras que puedan sonar de más o mal (directamente), y así evitar un conflicto mayor, pues, en definitiva, tanto si me tomo el tiempo para hablar contigo, o para que me leas, es para que trates de comprender lo que digo, pero si entramos en una ida y vuelta de palabras, ello solo nos lleva a continuar ahondando aún más el conflicto.

Créeme que no es falta de huevos el no querer entrar en alguna conversación del tipo conflictiva, ni mucho menos; es más bien un “falta de ganas” que de cojones… tenerlo presente.

Sobre todo, cuando del otro lado te encontrás con una persona que imagina, piensa, esgrime y defiende que su verdad… es la verdad absoluta, resulta imposible una conversación en estos términos.

Cuando escribís, podes detenerte, pensar, corregir, ajustar el tono y cuidar las palabras. Eso te permite expresar lo que realmente querés decir, sin que la emoción del momento distorsione el mensaje. En cambio, cuando hablas (sobre todo en una situación tensa o con alguien que no escucha realmente), el intercambio se vuelve más un choque de egos que un diálogo.

Es más, una cuestión de elegir tus batallas, de conservar tu energía y evitar entrar en un juego donde sabes de antemano que nadie va a ganar. Cuando el otro se aferra a su verdad como si fuera la única posible, la conversación deja de ser comunicación y se convierte en un monólogo compartido.

A veces, el silencio o la palabra escrita son formas más dignas de defender tu posición que una discusión que solo desgasta.

¿Se puede pensar que es una mera forma de evitar el conflicto, o por el contrario es tratar de no crearlo?

Estoy CONVENCIDO de que esa es una muy buena pregunta, y la diferencia es sutil, pero profunda.

Podría decirse que evitar un conflicto implica huir de él, incluso cuando es necesario enfrentarlo; mientras que no crearlo es una forma consciente de actuar para que algo no se convierta en un conflicto innecesario.

En mi caso, visto de mi manera, no parece una evasión, sino una elección: decido no alimentar una discusión que sé que no me llevará a ningún entendimiento real. Eso no es miedo ni pasividad, sino discernimiento.

Evitar un conflicto puede nacer del temor; y quizá no crearlo, de la lucidez.

Es como la diferencia entre callar por cobardía y callar por sabiduría.

 

No se Uds. que opinan… los leo.