¿Que soy un bicho raro?
Tal vez si… no lo sé. Quizá sea dependiendo con que ojos me estén mirando…
Y es que mi vida se basa en dos preceptos fundamentales, y ante los que me guio, apoyo, y forman parte de mi propia existencia:
RESPETO y LEALTAD
¿Que soy un bicho raro?
Tal vez si… no lo sé. Quizá sea dependiendo con que ojos me estén mirando…
Y es que mi vida se basa en dos preceptos fundamentales, y ante los que me guio, apoyo, y forman parte de mi propia existencia:
RESPETO y LEALTAD
Estaba por empezar el escrito diciendo:
“…hablando con el amigo Pablo Picotto”,
pero la realidad es que lo de “amigo” es un mero circunloquio, para dirigirme a una persona que me ha visto no más de cuatro veces en su vida y a la que a postres le podría resultar en un ilustre desconocido, sino fuera quizá por mi eterna e insoportable verborragia.
La tarde se había presentado FRÍIIIIIIIIIIIIIIA, pero el solcito daba... para estar al sol.
Ahí estaba yo juntando orina en un banco, en el alero del rancho, haciendo lo que más mejor me sale (o sea nada), viendo la fuerza de la naturaleza a pleno en su curtido trajín. (Traduzco: estaba entretenido viendo como las hormigas acarreaban palitos y hojitas ...y me preguntaba:)
- ¿Por qué las hormigas pueden cargar tanto?
...y ahicito nomás me respondía:
-No sé el año nuevo -me decia un viejo-, pero para mí la navidad, fue creada pura y exclusivamente para re mamarse y pelearse con los parientes. Echarse en cara los terrenos de los abuelos, acordarse de cuando nos rayaron el auto y nunca lo pagaron, o de que nos deben ese par de pollos que ganamos ilícitamente jugando al truco y cosas como esas.