Hace poco fui invitado a formar parte de un grupo de filosofía. Acepté, aunque no soy filósofo de profesión, porque siempre me ha gustado cuestionar y cuestionarme algunas verdades de la vida. Pero esto me hizo preguntarme: ¿eso me convierte en un filósofo?
Desde mi humilde lugar de hacedor de lectores, intentaré dar una versión sencilla -quizás demasiado sencilla-de lo que yo mismo entiendo por filosofía. No pretendo dar respuestas definitivas, sino compartir una mirada accesible a este mundo del pensamiento que, de una manera u otra, nos toca a todos.