La pérdida de un ser querido es, sin lugar a dudas, uno de los momentos más complejos que podemos experimentar en la vida. "Emotivo" y "doloroso" no son ni de lejos las únicas palabras que podrían describirlo, pero creo que son de las que más se ajustan. Emotivo porque se trata de algo profundamente humano, que toca fibras internas que quizás ni siquiera sabíamos que existían. Y doloroso, porque la ausencia física de alguien que fue parte esencial de nuestra existencia deja un vacío que no se llena con facilidad.
En cuanto al tiempo que se mantiene ese dolor, es interesante porque parece que no hay una respuesta fija. Hay quienes pueden recordar a sus seres queridos con un sentimiento de melancolía, pero con más paz, años después, mientras que para otros el dolor sigue siendo tan fuerte como el primer día. ¿Meses, años, décadas? Depende de cada persona, de la relación que tuvieron, de cómo vivieron ese duelo y de las herramientas emocionales con las que cuentan para procesarlo.
No creo que nadie pueda dictaminar un tiempo exacto, porque la "medición" del dolor no es objetiva. Cada uno lleva su duelo de manera única y tiene su propio ritmo. Puede que para algunos la memoria se mantenga viva en una mezcla de amor y tristeza, mientras que otros pueden encontrar consuelo en la idea de que la persona sigue de alguna forma "viva" en los recuerdos, aunque ya no esté físicamente.
En última instancia, el dolor no desaparece por completo; cambia con el tiempo. Aprende a ser un recuerdo, algo que se lleva en el corazón, y no siempre de la misma manera.
Pero hay fechas especiales, navidades, años nuevos, día de... cumpleaños, que el dolor regresa quizá con un toque de mayor intensidad, sobre todo y fundamentalmente cuando mas cercana a la fecha de partida se encuentre. A veces parece que el calendario mismo te trae de vuelta a esos momentos exactos que compartiste con esa persona, y cuando se acercan aniversarios o fechas significativas, el recuerdo de su ausencia se siente como una oleada que te envuelve. Esa cercanía con la fecha de partida lo hace aún más palpable, más intenso, porque no solo se trata de la nostalgia por lo que se vivió, sino de la conciencia de lo que ya no se puede compartir.
Es curioso cómo las fechas en las que (normalmente) todo el mundo celebra pueden volverse los momentos más solitarios para quienes han perdido a alguien cercano. Todas esas fechas que antes estaban llenas de rituales, de encuentros y de amor, se pueden transformar en un recordatorio cruel de la ausencia. A veces, parece como si el mundo siguiera girando, celebrando, mientras tú te quedas allí, atrapado en esos recuerdos, en ese "hubiera sido". Mientras más cercana esté la fecha de partida, más se recrudece ese dolor, como si la herida no hubiera cerrado del todo.
No hay una fórmula mágica para que esas fechas dejen de doler. Pero es cierto que, con el tiempo, y tal vez con el apoyo de quienes te rodean, empiezas a encontrar formas de honrar esas fechas sin que el dolor sea tan devastador. Puede que la primera Navidad sin esa persona haya sido insostenible, pero tal vez la segunda te dé espacio para empezar una nueva tradición en su memoria. No es reemplazar el vacío, es encontrar una forma de llevarlo con uno, de convivir con esa ausencia y hacerla parte de la vida de otro modo.
Es algo muy personal, y no hay un "tiempo adecuado" para que el dolor disminuya. Algunas personas pueden encontrar consuelo en compartir anécdotas, en poner un lugar extra en la mesa en su honor, o incluso en hacer algo simbólico que les recuerde que, aunque ya no esté, esa persona sigue estando presente en su corazón.
Hoy hubiese sido su cumpleaños, y no puedo evitar sentir un nudo en el pecho al pensar que ya no está aquí para celebrarlo. Aunque los días siguen pasando, este tiene un peso especial. Su ausencia se siente más profunda hoy, como si el espacio que dejó fuera aún más evidente, pero al mismo tiempo, me consuela saber que todo lo que compartimos sigue vivo en mi memoria.
Hoy, más que nunca, me aferro a esos recuerdos, como un refugio, como una forma de sentirlo cerca, aunque sea en el corazón.
Feliz Cumpleaños Elbio!!!!