Ayer, mientras navegaba por los estados de whatsapp, me topé con un video encantador que capturó un momento inolvidable: la abuela Ana llevando a sus nietos a disfrutar de una tarde de playa otoñal en el pintoresco paraje del Chaquito. Lo que hizo que este momento fuera aún más especial fue el hecho de que, en complicidad, también les estaba enseñando a manejar su viejo auto. La escena era una mezcla perfecta de ternura y aventura, y no pude evitar sentirme emocionado al ver cómo compartían momentos únicos entre esos seres queridos.