La vida nos sorprende casi a diario, si estamos dispuestos a ver más allá de nuestra propia nariz.
En ese recopilar casi constante de saberes, experiencias y amistades, nos cruzamos sin saberlo (la mayoría de las veces) con personas que nos cambian en parte o en un todo nuestros propios destinos, para bien, o para aprender de ello (sabrán mis asiduos y anónimos lectores porque me refiero de esta manera a ello).
Y es que nunca podemos estar 100% seguros de lo mucho bien, o lo mucho de mal que podemos hacerle a algún interlocutor con nuestras palabras, o nuestras acciones.
Pero, y de esto me hago cargo y estoy completamente convencido, la vida, el tiempo, la suerte, el universo, Dios o como Uds. prefieran nombrarlo, nos coloca en nuestros caminos PRECISAMENTE a esa gente para que podamos nutrirnos de esa interacción (para bien, o para aprender de ello, como nombrara anteriormente).
Mi trabajo, más específicamente MI FUNCIÓN DENTRO de la empresa en las cuales desarrollo mis actividades, me permite la maravillosa posibilidad de tratar, rodearme y/o conocer cantidad de personas, de las cuales puedo ir aprendiendo, formas, pensares, y saberes (aunque no estoy seguro si los términos son correctos).
Del mismo trabajo, y por comenzar a tan solo conversar en algún momento, han surgido tres de los mejores amigos que pueda tener en esta vida.
Semanas pasadas he tenido la gratísima posibilidad de conocer un profesor de cátedras de la prestigiosa Universidad Católica de Santa Fe, que por sus propias funciones visitaba nuestra ciudad.
Luego de algunas palabras, en las cuales descubrimos muchas cosas en común (como casi siempre sucede en cuestiones como estas), lo invite a leerme, dándole la dirección de este blog para que pueda acceder a hacerlo.
Hoy me encuentro un mail recibido, con unas muy bellas e inspiradoras palabras volcadas hacia mi persona, y hacia mis escritos, y más tarde, una respuesta a una extensa charla mantenida, en donde el mencionado pone de manifiesto aquello que habíamos estado conversando.
Con su anuencia, he copiado y pegado el mismo a continuación, sin modificar ni una sola coma, ni un punto de lo recibido, pues (de no creerlo), ha puesto en letras… (me atrevería a decir) cosas que dan vuelta dentro mi propio pensamiento, el cual SI YO MISMO hubiese querido hacer, no hubiera logrado semejante elocuencia personal.
Vaya desde luego, mi eterno agradecimiento al nombrado, y espero que nuestras propias funciones, nuestros propios tiempos y/o destinos, nos puedan continuar manteniendo en contacto, puesto que es una de esas personas, QUE VALE MIL VECES LA PENA CONOCER…
Es necesario hablar, es necesario comunicarse, es necesario poner en palabra lo que pasa y lo que nos pasa. Es necesario darle forma a los procesos subjetivos que vivimos, y para ellos necesitamos hablar para que al hacerlo le pongamos forma a lo que sucede, necesitamos escribir para leernos o para que nos lean. De esa forma podemos ver, darle forma a lo que nos pasa.
Pero para poder hablar, para poder expresarnos y comunicarnos, necesitamos es necesario que se creen las condiciones subjetivas y objetivas para hacerlo. Sobre todo, que encontremos el interlocutor que nos facilite la escucha, que esté interesado en poner oído a lo que decimos, que ponga oído, miradas, empatía, tiempo, ganas para que nosotros podamos expresarnos y hacer que de nuestro interior fluyan las cosas que nos pasan.
Como tantas otras cosas, lo que no se mueve, lo que queda en un sitio descuidado y mal guardado se pudre, por eso es necesario hablar, creando las condiciones para que la comunicación sea beneficiosa y nos sane.
Cuando hay un encuentro mutuo – una pareja, los amigos, los hermanos, padre e hijo – de dos que tienen el mismo problema, atragantados por todos los problemas que no pueden comunicar, las palabras son los cables que nos tiramos mutuamente para lograr que las barcas asociadas puedan navegar hacia playas seguras.
Muchas veces, ese “poner en palabras “no requiere devolución”, sino simplemente escucha, recepción, abrir las puertas o las ventanas para que en ese acto performativo uno se libere y llene de horizonte, salidas y proyectos, el futuro.
UN CORDIAL SALUDO... Y HASTA QUE LA UCSF DECIDA
PROF.DR. JORGE EDUARDO NORO PhD
http://www.jorgeeduardonoro.com.ar