miércoles, 12 de marzo de 2025

Filosofía... por y para un no filósofo.

Hace poco fui invitado a formar parte de un grupo de filosofía. Acepté, aunque no soy filósofo de profesión, porque siempre me ha gustado cuestionar y cuestionarme algunas verdades de la vida. Pero esto me hizo preguntarme: ¿eso me convierte en un filósofo?

Desde mi humilde lugar de hacedor de lectores, intentaré dar una versión sencilla -quizás demasiado sencilla-de lo que yo mismo entiendo por filosofía. No pretendo dar respuestas definitivas, sino compartir una mirada accesible a este mundo del pensamiento que, de una manera u otra, nos toca a todos.

martes, 11 de marzo de 2025

Charlas con mi yo de 9...(o lo que la vida no avisa....)

 

-Contame algo- me dijo- ¿cómo fue llegar hasta allí? ¿hasta esa edad? - Su pregunta estaba cargada de una genuina ingenuidad, un tratar de entendernos, esa forma de intentar comprender el mundo sin prejuicios ni dobleces.

Me senté en el borde de su cama y le acaricie la frente, tratando de ser lo más paternal posible… tratando quizá de saber o entender cómo sería eso, ya que no tengo recuerdos de haber recibido caricia similar.

domingo, 9 de marzo de 2025

El gringo pescador...

El río es un espejo roto por la corriente. Tras el paso de la lancha, las ondas dibujan formas caprichosas en el agua oscura, como si la superficie respirara. El aire tiene ese olor denso de humedad y barro revuelto, con un leve dejo a madera podrida y camalotes frescos.

sábado, 8 de marzo de 2025

Se tenia que decir... y se dijo (calor- TE ODIO...SABELO)

 

Realmente… ¿a quién le puede gustar el calor?... no lo entiendo.

¿Cómo te puede gustar andar con los sobacos mojados y ese put… calor asfixiante de estos pagos que no podes ni respirar?

La gente anda irascible, ya de por sí, y a eso le sumamos el calor del toor, INAGUANTABLE.

miércoles, 5 de marzo de 2025

Aceptar... la base de todo.

 

Aceptar al otro con sus limitaciones, sus temores, su desorden, sus debilidades y su mundo único es, tal vez, la puerta de entrada a una paz interior profunda y a la verdadera armonía en nuestras relaciones. Vivimos inmersos en un sinfín de expectativas sociales, culturales y personales que nos empujan a querer modelar al prójimo según nuestra visión de lo que debería ser. Sin embargo, al hacerlo, no solo empobrecemos la relación, sino que nos alejamos del genuino vínculo y la conexión que, por naturaleza, nos une.