Me puse a investigar (leer un poco, mas que nada) respecto a un tema que me apareció esta mañana en un reels de facebook.
La mente humana es un territorio plagado de misterios. Entre las experiencias más intrigantes se encuentra el "déjà vu", esa sensación fugaz e inquietante de haber vivido previamente una situación presente. Aunque el déjà vu es un fenómeno conocido y ampliamente estudiado, existen otras variantes menos comprendidas pero igualmente fascinantes: el "déjà vécu" y el "alter vu".
Cuando uno tiene una mascota, sabe
que ésta se convierte con el paso del tiempo en un integrante más de la
familia, y así nos encontramos un día compartiendo una amena charla, que
solo nosotros generamos y que nuestros pequeños compañeros solo
atienden a escuchar... Lo cierto es que la pérdida de las mismas
genera en la familia toda una congoja...un duelo y sobre todo son los
más pequeños de la casa a los cuales debemos apuntalar en esta
situación. En mi casa teníamos hasta hace unos días, un pequeño hdp
llamado PEPI HALCÓN... una humilde cotorrita que nunca supo lo que fue
estar encerrado, pues toda la casa y mi pequeño taller fueron siempre su
patio de juegos. Nunca imaginé que esos animalitos podían llegar a
ser tan inteligentes, la verdad me sorprendía varias veces con su
pequeña inteligencia. ¿Qué decir del vínculo que tenía con la más
pequeña de la casa?, donde estaba una, fija que estaba la otra... apenas
abríamos la puerta por la mañana, entraba casi al galope directamente
hacia la habitación de la niña tan solo para subirse a su cama y
despertarla... puedo contar muchísimas anécdotas (la mayoría cómicas) de
lo que nos hizo pasar todos estos años, pero para la mayoría solo serán
anécdotas de un estúpido loro... Si hasta fue el encargado de
sacarle a la patrona las cosquillas con eso de jamás tener “un bicho en
casa”... y es hoy día una de lo que más lo siente... Andaba siempre
en el taller robándome lijas, tornillos, clavos, mechas y cuanta cosa
pudiera acarrear y cuyo destino era siempre un pequeño espacio entre
unas ramas (colocadas a propósito) en que el demandante cuidaba como su
nido... hasta allá tenía que ir si quería recuperar el botín
arrebatado... Darle la noticia de su desaparición física a nuestra
pequeña fue un duro hueso para masticar, siendo tan compañeras,
compinches ¿amigas? entre ellas, y más aún cuando la pequeña aún jamás
había tenido contacto con la muerte salvo en películas o en alguna
serie... creo que ver llorar a un hijo, y no poder hacer nada para
remediarlo, nos desgasta anímicamente. Lo cierto es que me encontré
esta mañana, trabajando en mi taller, y dejando a propósito, casi como
al descuido, un pedacito de lija usada, solo para ver como se la
llevaba; conque astucia se las ingeniaba para tratar de robármela sin
que lo vea, y hacer de mis mañanas un par de horas divertidas... hasta
que caí en cuenta que esa lija continuaría allí hasta que yo decida
retirarla... que no se verá más ese bultito verde corriendo como loco
hacia sus ramas con lo robado... y disculpen la mariconería ... pero no
pude contener el llanto...
Tal vez no sea el lugar para hacer
catarsis...disculpen Uds., para la mayoría solo serán anécdotas de un
estúpido loro, para mí...la pérdida de un amigo...
No había tenido una vida fácil, nada en él era sencillo por así decirlo. A los 6 años se encontró huérfano de madre, y con un padre que lisa y llanamente lo acusaba de la temprana enfermedad de la finada... en fin.
Su dura vida en el campo se compensaba con el inmenso amor de una abuela materna y sus "correrías" (simples travesuras de a caballo) que llenaban gran parte de sus días.
En el corazón del monte, donde la brisa traía el aroma del quebracho y el canto de los grillos era el único arrullo nocturno, vivía Doña Eulalia. Era una mujer de manos curtidas y mirada serena, marcada por los años de sacrificio. Había enviudado joven y desde entonces su vida giró en torno a una sola persona: su hijo, Julián.
Me
vuelvo cada día más grande, más viejo y más gruñón... ¿será la edad o se deberá
a mi falta de hormonas adolescentes?.
Lo cierto es que cada vez me aguanto menos cosas y a menos gente. Boludeces que
hace un tiempo me sacaban al menos una sonrisa hoy me parecen pobres
actuaciones de tipos mediocres (no dejaré mucho detalles de esto... pero uno
seguramente UNO se dará por aludido...zI BOLUDO Ez DE VOz QUE EzTOY HABLANDOz).
Se vienen las fiestas (ya pasaron mejor dicho) y la gente pretende que uno esté
PUM para arriba...¿por qué?, si soy un amargado, gordo re-mala onda...¿por qué
debería estar feliz?... la crisis en el país sigue igual, los falsos amigos que
aparecen solo para estas fechas también... las felicitaciones de gentes que a
veces ni idea tengo quienes son pretenden arrancar en mi un dejo de ese
ser amable y cariñoso que otrora supe ser... lamento flaco, seguí
participando... hay cosas que dejaron de conmoverme hace rato... un estado en
el face me causa la misma emoción que escuchar online un partido de cricket...
o sea.
Descubrir que tengo el doble o triple de amigos en el face de que lo que tengo
realmente (una mano me alcanza para contar a mis amigos "verdaderos"
entre los que estás vos...SABELO), es más, la mayoría de mis "verdaderos
amigos" no tienen face... o están muertos.
En fin, cosas que pasan diría Larralde...
Gente que satura las líneas con sms o salutaciones justo el mismo día de las
fiestas, gentes para las cuales no exististe el resto del año... los que me
conocen saben que soy medio parco con el sms... si no valgo que gastes en mí
una puta llamada al menos...bueno... me planteo quizá el nivel de amistad que
tenemos... SORRY soy así, no puedo cambiarme aunque quisiera.
La muerte, esa certeza que compartimos como seres vivos, no es solo un
final biológico, sino una ruptura emocional. El humorista mexicano, Franco Escamilla, desde su humor
mordaz y reflexivo, plantea que el dolor que sentimos ante la partida de
alguien no proviene tanto de la muerte misma, sino de nuestra imposibilidad de
volver a compartir su presencia. Su afirmación desnuda una verdad incómoda: nuestro
dolor es profundamente egoísta.
Un periodista le hizo una entrevista a Dalai Lama, y le pregunto: ¿ que
es lo que mas le sorprende de la humanidad? a lo que el respondió: que
se aburren de ser niños y quieren crecer rápido, para después desear ser
niños otra vez. Que desperdician la salud para hacer dinero y luego
pierden el dinero para recuperar la salud. Que ansían el futuro y
olvidan el presente y así, no viven ni el presente ni el futuro. Que
viven como si nunca fuesen a morir y mueren como si nunca hubieran
vivido...... quedo en silencio un rato y le dijo: ¿ cuales son las
lecciones de vida que debemos aprender? y con una sonrisa respondió...
que no pueden hacer que nadie los ame, sino dejarse amar, que lo mas
valioso en la vida no es lo que tenemos, sino a quienes tenemos, que una
persona rica no es quien tiene mas , sino quien necesita menos y que el
dinero puede comprar todo menos la felicidad.... QUE EL FÍSICO ATRAE
PERO LA PERSONALIDAD ENAMORA . Que quien NO VALORA lo que tiene , algún
día se lamentara por haberlo perdido, y que quien hace mal algún día
recibirá su merecido. Si quieres ser feliz , haz feliz a alguien. Si
quieres recibir , da un poco de ti, rodeate de buenas personas y se una
de ellas. Recuerda, a veces a quien menos esperas es quien te hará
vivir
buenas experiencias! nunca arruines tu presente por una pasado que no
tiene futuro . una persona fuerte sabe como mantener en orden su vida.
Aun con lagrimas en los ojos, se las arregla para decir con una sonrisa:
"ESTOY BIEN"
Felices fiestas para todos ustedes, mis amigos reales, virtuales y demás....
Algunos poemas, cantares o decires de nuestra tierra... alguno no son coincidentes en las imagenes con los decires... les pido cierren los ojos, escuchen estos bellos poemas tradicionalistas...
...y quiza tambien con alguno traten de aguantar el lagrimeo...
Ha pasado mucho tiempo, una vida entera quizá, pero hay cosas que uno
nunca olvida.
Verán, en mis años de juventud, cuando la sangre aún me ardía en las
venas y el mundo parecía un lugar inmenso y lleno de promesas, conocí a una
mujer. No cualquier mujer, no… Ella era diferente. Hermosa, sí, pero había algo
más. Algo en su mirada, como si siempre estuviera a punto de descubrir un gran
secreto o de perder algo importante. Nunca supe qué era exactamente, pero Dios
sabe cuánto quise averiguarlo.