-Desde muy chicos se nos había sugerido no decir ni consultar nada referente a Entre Ríos, más precisamente a BASAVILBASO, y de lo que ahí podría haber sucedido con el viejo “mulita” Tapia, un peón de la estancia LOS CARRIZOS donde yo vivía, pero imagínense que a más de sesenta años de aquella desafortunada tarde en que se me ocurrió indagar sobre aquello, todavía lo recuerdo como si fuera ayer – dicen que comenzó el relato el ya finado Dionisio Motera.