Estaba montando la yegua de mi mujer (no sean mal pensados... la tordilla está mal de la pata y ando ensillando una yegua que es "propiedad" de mi señora esposa, que Dios la tenga en la gloria de las que amasan el pan a las seis de la mañana...), decía que estaba montando la susodicha yegua, cuando de repente, en la oscuridad de la noche nocturna, alláaaaa a lo lejos vi una luz que se venía.