A veces, me encuentro en situaciones que deberían traer alegría y tranquilidad, al menos así lo dicta la lógica. Se supone que todo debería estar bien, ¿verdad? Pero en realidad, no es así.
Me veo envuelto en una maraña de emociones confusas, donde la tristeza y la frustración parecen ser las protagonistas. Por fuera, intento mostrar una fachada de calma y compostura, pero por dentro, el tumulto es abrumador.