Ayer, el novio de la madre llevó al hijo adolescente de esta, a trabajar con él, pero en lugar de enfrentarlo a una tarea físicamente demasiado exigente, le asignó una tarea aparentemente sencilla: le pidió que lo ayude a picar una pequeña canaleta en la pared utilizando una masa y un cincel.
Al dicho de aquel adulto de:
-Estudie, me decía mi padre, que una lapicera siempre va a ser más liviana que una pala…
, aquel joven parecía confundido. Sin embargo, a medida que observaba a aquel adulto trabajar y llenarse de polvo al hacerlo, comenzó a comprender la lección que se le estaba impartiendo.
Con el paso del tiempo, el adolescente llegó a una revelación: la lapicera, a pesar de ser una herramienta tan simple y liviana en comparación con la pala, o la masa y el cincel, era sorprendentemente efectiva para otro tipo de trabajo, con otro tipo de preparación. Este descubrimiento lo llevó a reflexionar sobre la importancia del estudio y la preparación en la vida.
En cualquier etapa de la vida, el estudio se revela como una herramienta invaluable para el crecimiento personal y profesional. Cada momento dedicado a aprender, a explorar nuevas ideas y a adquirir conocimientos adicionales nos acerca más a alcanzar nuestras metas y aspiraciones.
El estudio no solo amplía nuestro entendimiento del mundo que nos rodea, sino que también fortalece nuestra capacidad para enfrentar los desafíos con mayor confianza y habilidad. En un mundo en constante cambio, donde la adaptabilidad y la innovación son esenciales, el aprendizaje continuo se convierte en un activo inestimable. No te podes ir a dormir, sin haber aprendido algo, supo decirme un viejo amigo hace unos años.
Por lo tanto, es fundamental reconocer la importancia del estudio en todas las etapas de la vida. Ya sea que estemos ampliando nuestras habilidades profesionales, explorando nuevos intereses o simplemente buscando comprender mejor el mundo que habitamos, el compromiso con el estudio nos permite alcanzar nuestro máximo potencial y contribuir de manera significativa a la sociedad.
Por tanto, los animo a que abracen el estudio como un compañero de viaje en su jornada personal y profesional.
Dediquen tiempo regularmente a nutrir sus mentes y cultivar su intelecto, porque cada momento dedicado al estudio es una inversión en su propio crecimiento y desarrollo.
En la vasta diversidad de ocupaciones que componen el tejido de nuestra sociedad, es fundamental reconocer que todo trabajo es digno y valioso. Ya sea que nos encontremos entre las paredes de una oficina, en el campo cultivando la tierra o en un sitio de construcción erigiendo estructuras, cada tarea desempeña un papel vital en el funcionamiento de nuestra comunidad.
Es imperativo comprender que ningún trabajo es intrínsecamente superior a otro; simplemente son diferentes en naturaleza y requieren conjuntos únicos de habilidades y preparación.
Por poner un ejemplo solamente, aquellos que dedican sus días a la construcción de edificios, carreteras y otras infraestructuras son merecedores de mi mayor y mas profundo respeto y admiración. Su labor incansable y su habilidad para convertir planos en realidades tangibles son fundamentales para el progreso y el desarrollo de nuestra sociedad.
Por lo tanto, alabemos la figura de aquellos que trabajan en la construcción, reconociendo el valor intrínseco de su labor. Son artesanos, expertos en su oficio, cuyo trabajo contribuye no solo a la creación de estructuras físicas, sino también al crecimiento y la prosperidad de nuestras comunidades en su conjunto.
La lección impartida al joven durante su experiencia en aquel sitio de construcción no solo yace en la liviandad de una lapicera frente a una pala o un cincel, sino también en el reconocimiento de que la educación es el motor que impulsa el progreso personal y profesional. Si bien el trabajo realizado en el sitio de construcción es invaluable y esencial para el funcionamiento de nuestra sociedad, es importante comprender que una mayor preparación académica puede abrir puertas hacia oportunidades laborales diferentes, quizás menos físicamente exigentes pero igualmente significativas. La inversión en una educación de calidad no solo amplía nuestros horizontes y nos dota de habilidades especializadas, sino que también nos brinda la posibilidad de acceder a trabajos que pueden ser más gratificantes, desafiantes y financieramente recompensantes.
Por tanto (que se entienda), la lección aquí no reside en menospreciar el valor del trabajo físico, sino en reconocer que una mayor formación académica puede conducir a un abanico más amplio de oportunidades laborales y, en última instancia, a una vida más plena y satisfactoria.
La liviandad aquí no se refiere solo al peso físico de las herramientas, sino también a la carga que llevamos en nuestras mentes. A menudo, enfrentamos desafíos que parecen abrumadores, pero la sabiduría práctica y el conocimiento adquirido a través del estudio pueden hacer que estos desafíos sean más llevaderos.
Así que la próxima vez que te encuentres frente a un obstáculo, recuerda la lección de la lapicera. No subestimes el valor del estudio y la preparación en tu vida.
A veces, la herramienta más liviana puede ser la más poderosa cuando se combina con sabiduría y conocimiento...
ERGO KADAR